El nuevo mural en La Villita

Me gusta leer el /r/chicago,  el subreddit dedicado a nuestra ciudad dentro de Reddit. Se ve en ello una cantidad de temas -- de las quejas sobre las multas de estacionamiento, las fotos sacadas por las turistas que nos estaban visitando por un finde, hasta las peticiones de ayuda sobre los mascotas perdidos. A veces, se topa con algo que está pasando en los barrios bastante interesante. En este caso, me topé con un articulo que se trataba un nuevo mural que se llevó a cabo en medio octubre en el corazón del barrio mexicano de La Villita.

(Léete aquí: https://www.chicagotribune.com/hoy/ct-hoy-mural-la-villita-chicago-20191015-2lr7ul2ytndovj2aj6pr5rz5w4-story.html)

A Elizabeth Reyes, joven de 32 años y de raíz mexicana, le otorgaron el honor y la responsabilidad de pintar una importante obra de arte en un edificio de tres pisos. Dicho edificio está ubicado en una esquina muy concurrida de La Villita, donde se encuentra el restaurante popular El Nuevo León también cuenta con un número de apartamentos residenciales de arriba. En otras palabras, es como si fuera otorgado a la artista la oportunidad de montar su arte en un lado del Zócalo de la CDMX. No es poca cosa ni algo pasajero.

Vale la pena detenerme por un rato para explicar la cultura general que lleva Chicago acerca del arte público. En pocas palabras: es bien abierta. Se ven murales en todas partes de la ciudad. Gracias a la gestión financiera de la ciudad, los varios consejeros les pueden otorgar a los artistas locales la financiación y apoyo legal para que pintaran murales en locales identificados por los lugareños. Como hermosa consecuencia, las obras de arte original pueden gozarse por casi cualquier calle del metrópoli. Hace un año, el departamento municipal cargado con quitarles la grafiti de las paredes se equivocó en borrar de una estación del metro un mural precioso. Peor, se pintó el mural por un colectivo de artistas pagados a través de fondos recaudados por los lugareños y dados a los artistas por el ayuntamiento mismo. Fue un desmadre tal que los medios de comunicación emitían cuentos sobre la ira de la comunidad por varios días. Me parecía que la comunidad se hubiera despertado y entonces se declara en guerra contra la torpeza del departamento responsable. El jefe del departamento se disculpó una cantidad de veces pero a nadie se le cayó la espada. Una vergüenza.

Regresando al tercio del nuevo mural, la prensa hispana había publicado una entrevista con la artista sobre su nuevo proyecto que conmemoraba a las familias mexicanas a través de varias generaciones. Del simbolismo de la obra, Reyes explicó de donde le surgió la inspiración para dar representación a los dueños del restaurante El Nuevo León. La familiar Gutiérrez abandonó su Monterrey natal en los años 60 para buscar nuevos horizontes en el otro lado de la frontera. Son el Don Emeterio y la Doña María los que son pintados en estilo calavera. Detrás de la pareja, se ve el Cerro de la Silla -- el gran símbolo de la ciudad norteña --, mientras en frente de ellos aparece el Arco de la Bienvenida -- el símbolo más importante y marcado de La Villita. Reyes explicaba que le importaba mucho enseñar las tradiciones que se traían al emigrar a los Estados Unidos aunque se dejó atrás el territorio natal de los inmigrantes sí mismos. Es interesante entonces la decisión de Reyes en mostrarle a la comunidad la continuación de estas tradiciones. En un otro lado del mural, se ve una pareja joven. En las manos óseas del varón hay dos cosas: un globo terráqueo y la mano de su mujer. (Evito por el momento la discusión sobre la normativa heterosexual que se muestra, aunque estoy bien consciente de ella.) Está representado la próxima generación de mexicanos. Los hijos ya criaron en las tierras estadounidenses sentadas por sus padres.

Hay una esperanza que el mural luce. Es la esperanza que dice que a los hijos y las hijas de inmigrantes les pertenece el futuro en este país. Más, son capaces de llevar consigo esta herencia cultural a todas las esquinas del mundo. El mundo les corresponde. Reyes compartió a la prensa sus deseos de que el mensaje del mural siguiera tocando a la gente más allá de las fechas que marcaban la temporada de el Día de los Muertos y que el mural les inspirara a comunidades más allá de la mexicana. Que se tenga confianza! Estoy seguro que su deseo llegará a ser lo que ella espera. Antes de montar el mural en La Villita, a Reyes le brindó la jefatura de la Autoridad de Transporte de Chicago (CTA según sus letras en inglés) el diseño de un tren que pasaba por los dos barrios mexicanos en la Línea Rosa. A sus 32 años, se han puesto sus huellas artísticas en la vida cultural vital de Chicago. Estoy seguro que el futuro de su arte perdurará tal que se encontrará tejido en el futuro de la ciudad que compartimos.

Ya que me he enterado del mural, estoy emocionado verlo con mis propios ojos. Se han hecho planes para ir a La Villita esta semana.







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