La jubilación esconde
El retiro se ha convertido en un temazo. Se ha considerado el fin de nuestra vida como trabajador, pero... ¿deberíamos pensamos en la jubilación como si fuera un puente que se nos conecte a nuevas oportunidades? Según informe el doctor Orozco en su entrevista con Jorge Ramos, la respuesta es un contundente "sí."
En cuanto a este evento que marca el fin de una etapa de vida, surge muchas dificultades. Para ilustrar de donde las viene, se menciona en la conversación el refrán que dice "Soy lo que hago." Efectivamente, la fuente de nuestra identidad y autoestima se encuentra en nuestro labor -- defina como defina -- un título, una placa colgada afuera del despacho, la influencia, etc... Como consecuencia, ¿qué sucedería a una persona con mucha autoestima cuando se le quite la fuente de esa misma? Como destaca el doctor Orozco, lamentablemente se hace la vista gorda con respecto a dos consecuencias que suelen andar juntas en cuestiones de la jubilación: 1) los riesgos de salud mental que se corren y 2) las oportunidades de transformarse que no se aprovechan.
Para empezar al anterior, se informa que la jubilación se le impone a la población -- en ciertos países -- cuando llegue a la edad indicada por ley. No importan la preferencia del individuo ni sus capacidades. El retiro forzado puede generar mucho malestar en un segmento de la gente que ya no siente valorado. A continuación en la conversación, se habla de una falta de preparación por parte de los organismos involucrados en el proceso de retiro. Que sean las empresas, los gobiernos, o las familias. Raro era que la persona en vías de jubilarse recibiera cualquier tipo de consejo sobre su vida después de dejar su cargo. Tampoco se le proporcionara una oportunidad de reflexionar a profundidad sobre los grandes cambios que le esperaban. Dicho en otras palabras, los jubilados se encontraban sin recursos para enfrentar y disfrutar de este nuevo mundo.
El psicólogo anhela de que las inquietudes sean oídas y las oportunidades que existen sean incentivadas. Llama la atención que la esperanza de vida está subiendo cada vez más tanto en casi todos los países en donde uno viva. La longevidad significa que el jubilado promedio puede esperar vivir por quince o veinte años después de haber retirado: tiempo bastante adecuado para sacar provecho de las oportunidades que hay. Aquí se destaca la transición. Pensar en ¿cómo y para qué se vayan a dedicar tras la fecha de retiro? El señor Orozco sugiere que los jubilados puedan ser motivados en montar un negocio, cuidar a los animales, hasta profundizarse en una vida espiritual or religiosa. Que se transforme su vida de una marcada de un puesto a una dedicada a un reto o un desafío personal.
A modo de conclusión, agradezco mucho que Jorge Ramos haya dedicado un episodio de su podcast a este asunto. Merece la atención que se brindó. Si tuviera que registrar una pequeñita queja, se trataría del género. Quiero decir: no se mencionó de cómo la jubilación le afectaba a las mujeres. ¿Cómo les tocaba? Representan una mitad de la población humana y un porcentaje importantísimo de la clase trabajadora. Habría agradecido si se hubiera dedicado unos minutos de este conversación a las experiencias de mujeres.
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